Un mate que pasa de mano en mano, entre amigos, familiares,
vecinos; en la pausa del trabajo o en una tarde de ocio, supone un acto
fraternal, entre pares. Quizá a través de ese mismo gesto se pueden repensar
vínculos incluso más amplios como los que trama una comunidad. Desde hace unos
días este es un nuevo objeto de exposición en el museo que invita a preguntarse
qué pasa cuando es una empresa ubicada en el polo petroquímico la que ofrece un
mate a los vecinos. Qué tipo de relación se teje. Una relación a su vez, siempre dinámica, nunca dada, y con grises a los que
siempre tenemos que volver.